Opinión de Gabriel Reyes Orona
El pasado martes, el titular de las finanzas públicas emitió un mensaje televisivo, ello ocurrió en un lastimoso lance que podría intitularse “no me entrevistes, compadre”. A la usanza de los neoliberales, se aposentó en las suntuarias oficinas de la dependencia federal, con la intención de responder cuestionamientos, por cierto, muy descremados, que se le hicieran por quien condujo la transmisión. Al concluir, quedó claro que no debió haberla hecho por varias razones. Primero, porque es evidente que la facilidad para trasmitir ideas técnicas en forma sencilla no es lo suyo. Segundo, porque lo que tenía que decir era mejor callarlo, y, tercero, porque su lenguaje corporal le traicionó constantemente, dejando ver la insoportable incomodidad en la que se encontraba, física, y financieramente hablando.
Para quien no haya tenido directa referencia de quienes lo escucharon en su gira por Europa, tuvieron, con tal entrevista, la oportunidad de entender el por qué lo allá cosechado lejos se encontró de ser lo que se buscaba. En Inglaterra, en donde hace mucho estudiara, los comentarios fueron poco amables, llegando a ser incómodos e indecorosos para quien representa a un gobierno. La desafortunada gira que tuvo lugar tiempo después de la elección federal sólo profundizó las preocupaciones que ya se venían gestando. Es cierto que se trata de una persona discreta, trabajadora, estudiosa y afable, pero lejos está de ser el destacado profesional que se pinta por quienes han creado el mito de que la 4T cuenta con un personaje avezado en cuestiones monetarias, cambiarias y financieras. No, hay que decirlo, el empresariado repite lo que oye, sin detenerse a analizar la trayectoria, la cual, sí, le hace un ideal candidato para la docencia, pero no para llevar las riendas del sector hacendario. A falta de verdaderos expertos en el partido oficial y dadas las características del poco letrado movimiento que nos gobierna, se le escogió para ser el interlocutor, y hasta nuncio, de los mensajes que se querían hacer llegar al tabasqueño, labor que cumplió bien remunerado.
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