Con una menguada fuerza, como hace mucho no pasaba, los partidos de oposición quieren hacer valer su voz en el Congreso de la Unión para frenar la inminente embestida de Morena y sus aliados en torno a las reformas prioritarias de Andrés Manuel López Obrador, particularmente la Reforma Judicial.
La mala noticia es que ni por asomo tienen posibilidades de lograrlo. Los mexicanos se expresaron en las urnas y dieron a la 4T un poder ilimitado, como ya lo demostró esta semana durante la conformación de las mesas directivas y las juntas de coordinación política en la Cámara de Diputados y el Senado.
En San Lázaro, por ejemplo, Morena, con la ayuda del Verde, se agandalló todo. Con 15 diputados que le “obsequió” el partido del tucán, impedirán los guindas que el PAN pueda presidir la Cámara baja durante los próximos tres años.
Y en el Senado no cantan mal las rancheras. Después de un acuerdo entre Adán Augusto López y Alejandro Moreno, le dieron una vicepresidencia al PRI, pero para no quedar mal ni dejar fuera a los verdes, les crearon una vicepresidencia también.
La columna completa, aquí:
Morena y sus aliados someten a la oposición en el Congreso (msn.com)