Opinión de José Carreño Carlón null
Línea dura de Casa Blanca contra Palacio y de Palacio contra la democracia. Línea dura, externa e interna. México, bajo dos despotismos, uno de la Casa Blanca, otro de Palacio Nacional. Las nominaciones del equipo de Trump apuntan contra nuestros migrantes y a zonas oscuras del régimen mexicano. En paralelo, en México marcha el nuevo ataque de la fusión anticonstitucional, en una sola persona, de los poderes Ejecutivo y Legislativo para proceder contra más libertades y derechos, con la eliminación de siete órganos constitucionales autónomos, reguladores y garantes de esos derechos.
Declaración de guerra contra migrantes y tropas contra cárteles mexicanos. El mensaje de los nominados por Trump para su primera línea de ataque constituye una declaración de guerra contra nuestros migrantes. Y una exhumación de la propuesta de enviar tropas para combatir aquí a los cárteles, considerados impunes por sus supuestas alianzas con el régimen mexicano, particularmente con López Obrador. Para Seguridad Nacional, Michael Waltz, para quien hay 1.5 millones de indocumentados ya con órdenes de deportación, y tenaz promotor de la idea de denominar organizaciones terroristas a los cárteles mexicanos para considerar las acciones militares unilaterales de su país en nuestro territorio, recuerda Leon Krauze desde Los Ángeles. Como “zar de la frontera” aparece Thomas Homan, el arquitecto de la política de separación de las familias, de deportación de niños -hijos de indocumentados- pero ya nacidos en Estados Unidos, hoy anunciando “redadas de inmigrantes en los lugares de trabajo”. Stephen Miller, jefe de gabinete adjunto, pergeña otra monstruosidad, equiparable a alguna del dictador nicaragüense Daniel Ortega: la ‘desnaturalización’, el despojo de la ciudadanía de los migrantes que la han alcanzado, incluso los que contribuyeron con sus votos a la nueva presidencia de Trump.
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