Opinión de Verónica Malo Guzmán
Vergonzoso por decir lo menos. La actuación de senadores y diputados del oficialismo deja mucho —todo— que desear. Ya comenté sobre Ricardo Monreal en otra entrega; se ufana de ser maestro de Derecho, pero no conoce de técnica jurídica y su defensa de la reforma al Poder Judicial carece de lo más básico: saber qué demonios estaban aprobando. Así la mayoría de los legisladores…
Pero también los asesores del Ejecutivo federal. El expresidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, ‘autor intelectual’ de la reforma en comento, plasmó ignorancia y dolo en el texto aprobado. Éste contiene errores.
Ya salió la presidenta Sheinbaum a decir que ello no invalida la reforma. ¿Cómo llegó a esa conclusión? ¡Acertaron! Lo afirma el ex ministro… La mandataria se refirió a las inconsistencias en los artículos 94 y 97 de la reforma al Poder Judicial, pero hay varios más. ¿Cómo cuál? Pues la desaparición de las salas de la SCJN, mismas que deberán continuar sesionando para que el trabajo no continúe acumulándose, mientras el entuerto no se solucione totalmente…. ¿La reforma no tenía como propósito hacer la justicia pronta y expedita? Esto la hará aún más tardada.
Vamos a dejar bien claras las cosas de una vez por todas: ¡lo que se requería era una reforma a los Poderes Ejecutivos federal y locales! Los embudos (97% de los casos NO llegan a judicializarse) y lo más nocivo y corrupto de la falta de procuración de justicia no está en los juzgados; se encuentra en las fiscalías estatales y federal, así como en sus brazos operativos que son los agentes del Ministerio Público (en las policías —hay también una falta abismal de personal, de preparación y de competencia— y ahora en la Guardia Nacional y en las Fuerzas Armadas, cortesía de Regeneración Nacional).
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