Por Roberto Nava.
La represión en contra de trabajadores de la educación ordenada desde el Palacio de Gobierno, no es una acción nueva ya que ese tipo de movilizaciones se han ido recrudeciendo en los sexenios en turno, como muestra del hartazgo de las imposiciones y de tener al frente de las dependencias a seres con aires de superioridad irracionales que requieren de la admiración excesiva de los demás.
Eso de sentirse que merecen tener privilegios y recibir un trato especial, además de esperar que se reconozca su superioridad, incluso sin haber logrado nada hacer que sus logros y talentos parezcan más importantes de lo que son, es una constante en la administración pública.
¿A quién creen que le va esos atributos?, en efecto, es en el sector educativo donde los titulares presumen sus cualidades Narcisistas como el caso de Homero Meneses, quien ha demostrado que no sirve para estar al frente de la administración pública ni como operador político.
La columna completa, aquí:
El maestro “J”, un porro narcisista y la gallina del profe “Cut” (ahorainformat.com)