Las blindadas, para el servicio secreto de Cuéllar…. Todo es
Por Lucero Cervantes
Sin duda, vivimos en un país libre. Los ciudadanos que no están a favor de acciones o medidas que toman sus autoridades tienen todo el derecho a manifestar su inconformidad.
Sin embargo, esa circunstancia los pone también en la condición de argumentar su rechazo.
Mal se hace cuando se trata de protestar por protestar, porque plantear cosas irracionales no se ve bien.
Hay un cambio de mentalidad.
Ahora, la mayoría de los ciudadanos analiza y reflexiona.
Por eso, vale la panea analizar y reflexionar las expresiones que rechazan el Libramiento de Calpulalpan.
A través de redes sociales, los detractores del proyecto dicen estar preocupados por su eventual ejecución.
Pero, al parecer, esta preocupación está fundada en una visión limitada del impacto de la obra.
Dicen que habrá afectaciones ambientales, porque “la construcción podría dañar áreas ecológicas importantes y requerir la tala de árboles”.
Pero la realidad es que el objetivo del libramiento es ofrecer a los habitantes condiciones de menos contaminación y más seguridad, porque los transportes que no tengan como destino final la ciudad de Calpulalpan, tendrán la alternativa de no pasar por ahí para reducir sus tiempos y costos de traslado.
También dicen que habrá afectaciones económicas, porque “la desviación del tráfico podría impactar negativamente la economía local”.
Pero la realidad es que la construcción de una obra de esa magnitud generará empleo y derrama económica en la región. Además, al mitigar los efectos negativos generados por el transporte pesado en la infraestructura urbana, la población en general podrá gozar de entorno más agradables que elevarán la calidad de vida.
Sería importante que los inconformes miraran el bosque y no solo el árbol, porque la conectividad carretera del Estado de Tlaxcala es uno de los factores que favorece la atracción de inversiones.
Si Tlaxcala continúa mejorando su sistema de vías terrestres es evidente que seguirá en la mira de los inversionistas como destino atractivo para las empresas.
Hasta ahora, quienes rechazan el libramiento no han dejado ver razones de peso para suspender el proyecto que, con toda franqueza, ofrece oportunidades de desarrollo para toda esa región.
Los prejuicios no son argumentos.