Por Cristian Flores.
Se cumplen dos años desde que Lorena Cuéllar Cisneros llegó al poder, siendo la segunda gobernadora de Tlaxcala, incluso la más votada; sin embargo, su mandato a pasado a ser una administración fallida, misma que se ha visto involucrada en corrupción, favoritismo, impunidad y represión.
Sin duda, el Lorenato ha hecho alusión a lo que Nicolás Maquiavelo decía: ‘en la política, hay que tener habilidad para fingir, y disimular, para parecer manso, fiel humano religioso y leal a la sociedad’, y eso fue lo que llevó a Lorena Cuellar Cisneros a ganar con más de 300 mil votos en Tlaxcala; simulando ser una aliada del ‘pueblo bueno y sabio’.
Se sabe que Lorena Cuéllar Cisneros no es una mujer que venga del pueblo, pues viene de una familia que siempre estuvo en el Poder y mucho menos, que haya luchado junto al caudillo Andrés Manuel López Obrador, ya que nunca se le vio caminar a lado del actual presidente y menos se le vio durmiendo en los plantones que López Obrador realizaba en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México; ella solo fue una arropada al movimiento para seguir en la política.
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