El Bestiario…Tlaxcala: El derrumbe de la popularidad de una gobernadora

El Bestiario…Tlaxcala: El derrumbe de la popularidad de una gobernadora en encuestas
Opinión de Edgar García Gallegos
La gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, ha experimentado una notable caída en su aprobación según encuestas recientes nacionales. El Tracking Poll de la segunda semana de marzo de la alianza La Bestia Politica y la casa encuestadora Numetika revela en sus datos duros que el 91.4% de los encuestados se siente inseguro en el estado. Además, el 64% califica negativamente la economía durante su administración, el 88.5% considera insuficientes las obras públicas y el 86.5% percibe corrupción en el gobierno. Asimismo, el 73.9% de los participantes percibe a la mandataria como deshonesta. el 87 por ciento la desaprueba.
La reputación es el activo más valioso de cualquier gobernante. Puede consolidar un liderazgo fuerte o hundir una administración en el descrédito público. En Tlaxcala, la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros enfrenta una crisis de percepción que podría definir su legado.
El tema que más le pega es la percepción de inseguridad en donde su equipo ha fracasado rotundamente. Si bien los informes oficiales aseguran que la incidencia delictiva ha disminuido, la opinión ciudadana refleja una realidad muy distinta: 9 de cada 10 tlaxcaltecas se siente inseguro.
El desgarrador contraste entre las cifras gubernamentales y la percepción de la población evidencia un fallo estructural en la comunicación y la operación política del gobierno estatal. No basta con exhibir estadísticas favorables cuando la violencia se ha convertido en el tema cotidiano en la agenda mediática. La nota roja no miente: hallazgos de cuerpos embolsados, desapariciones y el auge de narcolaboratorios en la región han permeado el imaginario colectivo, debilitando la confianza en la administración de Cuéllar Cisneros.
La reputación no se construye solo con discursos y boletines, sino con hechos tangibles que la ciudadanía pueda palpar en su vida diaria. Si la población sigue sintiéndose insegura, si las calles están en mal estado, si la economía no mejora y la corrupción sigue siendo un sello de la burocracia, no hay estrategia de comunicación que rescate la imagen de un gobierno.
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