El Bestiario: Tlaxcala…Una muesca más a la reputación de una
Por Edgar García Gallegos.
Dicen que el poder marea y provoca las cosas peores que nadie puede imaginar, y en política sucede.
Y si no, puede preguntarle a los dos últimos ex gobernadores priístas antes de la alternancia con la llegada de la cuarta transformación a Tlaxcala con Lorena Cuéllar Cisneros.
De amigos, terminaron como odiados rivales.
Mariano González Zarur fue el artífice para romper esa máxima que «gobernador no pone gobernador», y dejó contra todos los pronósticos en 2016 a Marco Antonio Mena Rodríguez como su sucesor, propinando una dolorosa derrota a la entonces abanderada del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Lorena Cuéllar Cisneros.
Desde entonces se habló de la influencia que tendría el ex senador sobre la administración menista y de acuerdos políticos entre ambos personajes, pero a la mitad y casi al final del sexenio comenzó la ruptura y el distanciamiento entre ellos.
La columna completa, aquí: