Hasta en dos ocasiones se ha solicitado información oficial a Augusto Ramírez, vocero de la Fiscalía General de Justicia del Estado (17 y 26 de noviembre de 2024), para conocer si el propietario del lugar, o quien se ostente como encargado, interpuso una denuncia penal. El servidor público, sin embargo, no ha sido capaz de proporcionar una respuesta.
En un contexto donde la inseguridad crece y las respuestas gubernamentales son tibias o inexistentes, la ausencia de denuncias manda un mensaje inquietante. ¿Qué implica que las víctimas prefieran callar? ¿Por qué una figura con relevancia pública como el secretario general de la Sección 31 del SNTE en Tlaxcala, Cutberto Chávez, no presentó una denuncia penal? Estas preguntas dejan un vacío incómodo y reflejan dinámicas que van más allá de un simple acto delictivo.
También podría deberse a un miedo fundado a represalias por parte del grupo armado, especialmente si estos han demostrado operar con violencia y total impunidad.
Cuando no hay denuncias, el crimen encuentra un terreno fértil para florecer. Los asaltantes no solo se llevaron dinero y bienes materiales, sino también la confianza de una comunidad que, una vez más, ve cómo la justicia quedó como un concepto vacío. La impunidad se convierte en el mejor aliado de los delincuentes, quienes saben que sus actos probablemente quedarán sin castigo.
La negativa a denunciar puede ser síntoma de un profundo escepticismo hacia las instituciones encargadas de impartir justicia. Los ciudadanos, incluidos los afectados, podrían considerar que interponer una denuncia es un trámite inútil, que consume tiempo y recursos sin garantía de resultados. Este tipo de percepción erosiona la relación entre la ciudadanía y las autoridades, debilitando el tejido social y dejando a las personas vulnerables ante futuros delitos.
La inacción frente a hechos tan graves lanza un mensaje nefasto: “No hay justicia, y nadie está seguro”. Esto puede desatar un ciclo de desconfianza en el sistema y, eventualmente, llevar a respuestas desesperadas como la justicia por mano propia. Si los ciudadanos perciben que denunciar no sirve de nada, la sensación de desamparo se generaliza, y la sociedad se fragmenta.
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El Bestiario…El Silencio de la Justicia: La impunidad de la no denuncia en Tlaxcala – La Bestia Política