Por Edgar García Gallegos
En política, no existen las casualidades y el reciente acercamiento entre Alfonso Sánchez García, alcalde de Tlaxcala, y Beatriz Paredes Rangel, figura histórica de la política estatal y nacional, es prueba de ello. A tres años de las próximas elecciones a la gubernatura, el capitalino ya está moviendo sus piezas en un tablero complejo, en el que Paredes puede jugar un papel crucial.
El pasado fin de semana, el Cabildo de Tlaxcala, presidido por Sánchez García, aprobó por unanimidad la entrega de la Presea Tlaxcala 2024 a Paredes Rangel, en reconocimiento a su trayectoria y contribuciones. Este no es fortuito. Más allá de ser un gesto institucional, parece un guiño claro del alcalde hacia la exgobernadora, una mujer que ha moldeado la política de Tlaxcala durante décadas. Con esta movida, Sánchez García comienza a tejer una red de alianzas que, sin duda, busca posicionarse de cara al 2027.
Beatriz Paredes Rangel no es una política cualquiera. Originaria de Tizatlán, ha ocupado cargos de enorme relevancia a nivel nacional e internacional: diputada, senadora, embajadora de México en Brasil, y la primera mujer gobernadora de Tlaxcala. Su influencia no termina ahí, a lo largo de los años, Paredes ha demostrado ser una hábil operadora política, quien ha tenido un papel determinante en los triunfos electorales de personajes como Alfonso Sánchez Anaya (PRD) y Héctor Ortiz Ortiz (PAN), incluso algunos la vinculan con el éxito de Morena en la entidad.
Aunque en las elecciones de 2021 respaldó abiertamente a Anabell Ávalos Zempoalteca, candidata del PRI a la gubernatura, y predijo su victoria en un acto de cierre de campaña, la coalición PRI-PAN-PRD fue derrotada. No obstante, Paredes logró insertar a sus leales en posiciones clave del gobierno de la Cuarta Transformación, aunque fueron removidos eventualmente.
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