El de Cuéllar, un gobierno rebasado por la realidad
Opinión de Isael Pérez Olivier
La inseguridad, su Talón de Aquiles
¿Qué tendría que pasar para que Lorena Cuéllar Cisneros, ya no trate de ocultar el sol con un dedo y por fin acepte públicamente la cruel realidad que nos abofetea el rostro todos los días?. Sí, me refiero a esa verdad sobre el arribo y la operación permanente de las células del crimen organizado de los grandes cárteles del país en Tlaxcala y a las actividades delictivas de los grupos locales, que no solo mantienen en jaque a las instituciones encargadas de garantizar la seguridad y la procuración de justicia, sino que mantienen al pueblo bueno y sabio con los nervios crispados y al borde de la psicosis colectiva.
Y lo pregunto puntualmente, porque entre más se empeña la mandataria estatal y su gabinete en negar las actividades de esas células delictivas foráneas y locales, más notorio es, que se trata de un burdo engaño orquestado en el Palacio de Gobierno para brindar una falsa sensación de seguridad a la población, pues desde hace meses, esos grupos generadores de violencia foráneos anunciaron su llegada a través de diversas mantas en las que detallaron sus intenciones, y a pesar de ello, el gobierno del estado desestimó y luego negó categóricamente su presencia, al parecer, con el único afán de engañar a la ciudadanía, y de paso ocultar, su incapacidad para afrontar el problema que ya desde entonces se veía venir. Sí, la disputa a sangre y fuego de la plaza entre grupos antagónicos.
Aunque, claro, no todo fue echado a saco roto, pues esos mensajes resonaron tan fuerte y claro, que en el Palacio de Gobierno no fueron tomados a la ligera, y motivaron a la Gobernadora a disponer de 56.2 millones de pesos para la compra de diez camionetas de lujo que se suman a la veintena de unidades blindadas que integran el parque vehicular con el que se protegen: ella, su esposo, sus hijas, sus nietos, otros miembros de su familia, y obvio, uno que otro funcionario de su gabinete legal.
Ah, pero de una estrategia exitosa para garantizar la seguridad a la población ante las claras amenazas de los grupos rivales, de eso no podemos hablar, porque una vez desatada la ola de violencia, empezaron los múltiples ajustes de cuentas con empresarios y con presuntos lideres de grupos delictivos locales, así como, cientos de ejecuciones, desapariciones, secuestros y robos realizados con extrema violencia, que han dejado una estela de dolor y miedo a lo largo y ancho del territorio estatal.
Al respecto, dos impactantes sucesos acapararon no solo los titulares de los medios de comunicación locales sino también el interés de la ciudadanía. El primero de ellos, con la oportuna intervención de la Policía de Investigación de la Fiscalía local, en medio de una balacera, lograron la liberación de una pareja a quienes sus secuestradores mantenían cautiva en una casa de seguridad ubicada en el municipio de Amaxac de Guerrero; cuyo saldo arrojó, un hampón abatido en el lugar, cuatro de sus cómplices detenidos, y más tarde, su propia Abogada, quien fue señalada como presunta “Jefa” de la célula criminal de nayaritas que operaban a sus anchas en Tlaxcala.
Días antes, también la Fiscalía General de Justicia del Estado, logró la vinculación a proceso de otro supuesto líder de un grupo delictivo local que por años operó en Apizaco, dicen, bajo la protección de autoridades municipales y estatales.
Ajá, dos hechos que siendo destacados y positivos para la administración Cuéllar, no han sido debidamente capitalizados para mejorar su destruida imagen, pues reconocer sus aciertos sería tanto como reconocer sus mentiras. Sí, tal cual, el gobierno del estado se boicotea a sí mismo, porque anunciar con bombos y platillos la desarticulación de bandas criminales y la detención de sus líderes es tanto como aceptar que Tlaxcala no es el estado más seguro del país, donde sí existe la presencia del crimen organizado, que tanto se han esmerado en ocultar.
¡Se tenía qué decir y se dijo!
Las breves de la semana…
Otro hecho que no es atribuible a la administración Cuéllar, pero que nos erizó los vellos de la piel por su singular violencia, fue la masacre que horrorizó a propios y extraños, tras el registro del brutal hallazgo de los cuerpos desmembrados de los jóvenes tlaxcaltecas desaparecidos en las Bahías de Huatulco, cuyos restos fueron localizados entre los límites de los estados de Puebla y Oaxaca, y cuyo móvil hasta el momento se desconoce, pero en el que no se descarta, un posible ajuste de cuentas entre un grupo delictivo que mantiene el control de la zona en las paradisiacas playas del Pacífico Sur mexicano y los supuestos “turistas tlaxcaltecas” que buscaban allá un poco de fama y fortuna al margen de la ley. Vaya Usted a saber…
El 8 de marzo, solo una triste fecha para olvidar y no solo por las barricadas para frenar los contingentes feministas, sino porque en Tlaxcala, la administración Cuéllar ha incumplido con sus compromisos con la alerta de género. Que no me cree, pues entonces pregúntele a Herminia Hernández Jiménez, directora de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobierno, si tuvo el tiempo y la voluntad de hacer el último informe semestral, mismo que debió ser presentado a la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en septiembre de 2024, tal y como lo señala la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en su artículo 23 fracción III. Total, a quién le importa cumplir con ese compromiso, a la gobernadora, no creo; y Herminia, menos, porque ella salió en la lista de elegidos a ocupar un juzgado local…
De Jorge Corichi Fragoso, quien ya obtuvo el amparo y protección del Poder Judicial Federal para no ser detenido por el daño patrimonial que causó a su paso en la alcaldía capitalina; y del “grupo pañales” que comanda la polémica “Lady Tupperware”, en su loca carrera por hacerse de la candidatura a la gubernatura por Morena, hablaremos después. En fin…
Hasta la próxima…