Señorío Tlaxcalteca… La autoridad bajo el escrutinio público

Gol de Claudia
No me imagino más que a un puñado de mexicanos con intereses muy particulares -incluyendo morenistas adversos a la presidenta- prefiriendo un escenario de aranceles a uno de no-aranceles… aunque sea un mes.
En este primer encontronazo, la estrategia de la presidenta de México fue exitosa. Primero, aguantó hasta el final y mantuvo la apuesta arriesgada de que el presidente de Estados Unidos al final se iba a echar para atrás con los aranceles. Segundo, no se enganchó en una bravuconada patriotera como el presidente de Colombia (la presidenta aceptó a los migrantes deportados sin chistar) ni con una detallada amenaza de retribución como el primer ministro de Canadá (Trudeau habló concretamente de aranceles contra Estados Unidos, mientras Sheinbaum fue más suave al hablar vagamente de un Plan B sin amagar a la potencia con nada concreto). Y tercero, se concentró en una cosa: desactivar los aranceles. Esa fue la prioridad. En su llamada con el presidente de Estados Unidos, reportó que no se enganchó con las redadas y deportaciones de migrantes, no se enganchó con que la Casa Blanca acusó al gobierno de México de estar coludido con el narco, y se concentró en comprar tiempo (un mes).
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