
Siete leyes de la política
Opinión de
1. La ley del poder compartido. Todo político habrá escuchado que el poder no se comparte. Pero sí: el poder siempre se comparte porque no hay poderes absolutos. Ningún político puede hacer lo que se le antoje sin que pague tarde que temprano las consecuencias. En un país hay muchos poderes: políticos, económicos, tecnológicos, financieros, especulativos. El poder político solo es uno de ellos, aunque a veces sea el más importante.
2. La ley de la virtud. Maquiavelo consideraba a la virtud no como una prenda moral, sino como una habilidad del político para tomar decisiones difíciles y acertadas. Saber leer y adaptarse a las circunstancias y proteger al Estado. Ningún político llega al poder por meras circunstancias, aunque éstas sean muy importantes. Se necesita pericia, intuición y habilidades a toda prueba. Virtud, decía Maquiavelo.
3. La ley de la fortuna. La suerte siempre juega un papel importante. Es imprescindible para que las cosas sucedan. Sí, hay que trabajar mucho, trazarse objetivos, ser perseverante. Insistir y no vencerse. Pero nada de eso sirve si no hay la bendición de la fortuna. Dicen en el fútbol que portero sin suerte no es portero. Igual sucede en la política.
4. La ley del tiempo. El tiempo en la física como en la política son fundamentales. En la física nos sirve para entender, entre otras cosas, la duración entre eventos. El tiempo se mantiene independiente del observador y el lugar. En política el tiempo es parecido a lo que pensaba Heráclito: que nada permanece igual. Todo es un cambiar permanente. Pero, además, el político tiene que adaptarse a los tiempos y no viceversa.
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