Por Tenorio Cante
El tercer informe de gobierno ha dejado un sabor amargo en el paladar de muchos tlaxcaltecas. Las promesas de campaña parecen haberse esfumado como el humo en el viento, y la crisis heredada por el anterior gobierno, lejos de resolverse, se ha agravado.
Fuentes al interior del gobierno revelan una situación tensa, con el coordinador de comunicación, Octavio “Navajas”, en la cuerda floja. Se rumora que “de marzo no pasa”, y es difícil culpar a quienes así lo piensan.
“Navajas”, quien llegó con la promesa de ser un hacha para cortar la mala imagen del gobierno, se ha convertido en un cortauñas oxidado, incapaz de generar un impacto real en la percepción pública. La crisis de comunicación se mantiene, y la sombra del mentiroso buscachambas Augusto Ramírez sigue planeando sobre la administración actual.
Es evidente que el gobierno necesita un cambio radical en su estrategia de comunicación. La transparencia, la honestidad y la acción efectiva son las únicas armas que pueden combatir la desconfianza y la apatía que se respira en el estado.
La permanencia de “Navajas” en el cargo solo perpetúa la crisis. Es hora de que el gobierno tome cartas en el asunto y busque un nuevo líder en comunicación, alguien que pueda generar confianza y esperanza en la población.
El futuro de Tlaxcala está en juego, y la comunicación juega un papel fundamental en la construcción de un mejor futuro.
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