Por Edgar García Gallegos
El trágico accidente ocurrido el pasado martes 3 de diciembre en Chiautempan, donde una pipa de gas LP causó una explosión e incendio que dejó dos víctimas mortales, ha sido un reflejo claro de la falta de comunicación y la ineficiencia de las autoridades para informar a la ciudadanía sobre los hechos. El caos que desató la conflagración dejó a una madre y su hija sin vida, y a varios habitantes de la unidad habitacional El Llanito en estado de incertidumbre. Sin embargo, lo que ha hecho aún más dolorosa esta tragedia ha sido la desinformación y el silencio oficial que ha rodeado al caso.
En primer lugar, la versión de que la pipa de gas había explotado se difundió rápidamente, pero nunca fue confirmado por las autoridades, quienes no ofrecieron detalles concretos en el momento. La verdad solo salió a la luz 24 horas después, cuando se aclaró que el tanque de gasolina fue el que detonó, causando el desastre. Si bien este detalle técnico no cambia la magnitud de la tragedia, sí pone de manifiesto la falta de transparencia y de control en la difusión de información clave para la población.
Lo más preocupante de todo es que en medio de esta tragedia, las autoridades no tomaron las riendas de la situación. La Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC), encabezada por Juvencio Nieto Galicia, no ofreció información oportuna por el «control» de la Coordinación General de Comunicación, que los atan para no enfrentar a los medios de comunicación. Este tipo de situaciones requieren respuestas rápidas y precisas para evitar que el pánico se apodere de la comunidad, pero la burocracia en las comunicaciones impidió que los funcionarios se acercaran a los medios y a la ciudadanía.
Por otro lado, la Fiscalía General de Justicia del Estado, a pesar de ser la encargada de esclarecer los hechos, se mantuvo en completo silencio. No hubo ningún pronunciamiento oficial sobre las dos muertes, ni sobre las investigaciones que pudieran estar en curso. El hecho de que no se haya dado a conocer siquiera la apertura de una investigación es desconcertante, y refleja una preocupante falta de compromiso con la verdad y la justicia.
La Coordinación General de Comunicación del gobierno del estado, encabezada por Octavio Ortega Velio Mejía, tampoco cumplió con su papel de informar adecuadamente a la población. Su inacción ante un accidente de esta magnitud es un claro ejemplo de la desconexión que existe entre las autoridades y los ciudadanos que esperan respuestas. En lugar de brindar un parte oficial que aclarara los detalles del accidente, lo único que se obtuvo fue un vacío informativo que dejó a las familias afectadas sumidas en la incertidumbre.
En el plano municipal la presidenta de Chiautempan activó a su equipo, Blanca Angulo acudió al lugar de los hechos y estuvo dialogando son los afectados, les acercó apoyos, les puso abogados y a través de sus redes iba dando cuenta de lo acontecido, además de que fue de los pocos servidores públicos que envió condolencias.
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