El Bestiario…Tlaxcala: la 4T. «Refuerzos. La legión foránea que no

El síndrome del pato cojo
¿Acaso México es un país con dos presidentes? Obviamente no. Sin embargo, durante la gira del Presidente López Obrador por Sinaloa, reiteradamente escuchamos que el gobernador Rubén Rocha se refirió al “presidente y a la presidenta”. Pero presidente solo hay uno. La invitada a la gira, Claudia Sheinbaum, solo es quién ganó la elección, pero aún no es oficialmente presidenta electa, y tampoco presidenta de México. Es un error de protocolo tratar a ambos como si sus cargos y sus responsabilidades fueran iguales.
Se entiende que el ejecutivo estatal utilizó esta expresión a manera de cortesía política. Pero no siempre las cosas salen como uno piensa. Con sus palabras, Rocha Moya recordó a todos que López Obrador ya es un “pato cojo”. Este término es muy utilizado en la política de Estados Unidos, y es para referirse a presidentes que, estando todavía en el cargo, ya no tienen suficiente autoridad política porque existe otro que ya fue elegido. Es decir, el pato cojo es un presidente que empieza a convertirse en un cero a la izquierda. Ya no manda, ya no sirve. Es un lame duck.
El hecho de que en un evento oficial y público, el discurso del gobernador tenga como destinatario al “presidente y a la presidenta”, es exhibir al que ya está dejando de mandar y tratar de congraciarse con quien ya está empezando a mandar. Por eso el pragmatismo político americano acuñó la frase pato cojo (lame duck), para expresar esta engorrosa situación a que se enfrenta todo presidente. Equivale a un ¡Muera el Rey, viva el Rey!. Hasta cierto punto es comprensible, aunque no justificable, la actitud del gobernador de Sinaloa.
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