Por Lucero Cervantes
En Calpulalpan, un grupo de comerciantes impulsa una campaña de desinformación en torno al proyecto del Libramiento.
Claramente, pretenden proteger intereses particulares, y para ello organizan “asambleas informativas” en las que exponen afectaciones sociales, económicas y medioambientales relacionadas con la obra, las cuales, en los hechos, están alejadas de la realidad.
Por ejemplo, los inconformes dicen que se desviaría el 75 % de autos de todo tipo de vehículos que recorren la carretera federal México – Veracruz, por lo que disminuiría al 25 % el comercio local que se encuentra a orillas de la vialidad. Sin embargo, estos datos son cuestionables.
Analicemos. Si se trata de una carretera de cuota, obviamente, los vehículos que no quieran pagar la caseta seguirán pasando por Calpulalpan, y aquellos que quieran ahorrar tiempo, pagarán la cuota para pasar por el libramiento. Así de siempre.
Por otra parte, los quejosos aseguran que se perjudicará al medio ambiente, acusando sin bases objetivas que se afectará el monte Tláhuac, el avistamiento de luciérnagas, ¡y hasta la situación de sequía!, y respecto a la afectación al comercio local a la que aluden, se trata en su mayoría de establecimientos informales que, efectivamente, se colocan a lo largo de la carretera federal y que no están regulados, por lo que, en ciertos casos, incluso representan riesgos para la seguridad y la salud de los conductores.
Otro elemento que los integrantes del movimiento «No al libramiento de Calpulalpan» señalan es que su construcción es un proyecto estatal, cuando la realidad es que no hay elementos para asegurarlo. De hecho, los propios inconformes han hecho públicos documentos del gobierno federal en los que piden que se detenga la construcción de una obra que ni siquiera ha iniciado y, por el contrario, demandan la ampliación de la carretera federal Sanctorum-Calpulalpan, ante lo cual, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes ha reconocido que este proyecto “carece de los elementos esenciales para su construcción, como son Proyecto Ejecutivo, Análisis Costo Beneficio, Impacto Ambiental y Derecho de vía, etc.”
Esta última respuesta de la autoridad federal también echa por tierra las aseveraciones de los comerciantes, pues, de ejecutarse el Libramiento de Calpulalpan, deberá contar con un proyecto que cumplan con cada uno de dichos elementos, garantizando así su beneficio regional.
Por donde se mire, a pesar de los gritos y sombrerazos en las redes sociales y en manifestaciones simbólicas, la posición de los inconformes se basa en la defensa de intereses de unos cuantos, y no en los de la colectividad.
Calpulalpan tiene un amplio potencial de desarrollo, y sería una pena que, por desinformación y movimientos facciosos, se privara de proyectos que beneficien a la población del municipio y comunas aledañas.