Por Lucero Cervantes
La noticia sobre la aprehensión del alcalde de Zacatelco, Hildeberto Pérez Álvarez, corrió como pólvora en las redes sociales.
Los usuarios festinaron en su mayoría que el presidente municipal, postulado por Nueva Alianza, finalmente enfrentara la acción de la justicia por su larga lista de irregularidades.
Varios episodios polémicos se han registrado en Zacatelco en lo que va del trienio de quien es conocido bajo el apodo de “El Cachorro”.
De los más recientes: la represión de manifestantes que le demandaba la instalación de un hospital en el municipio, el señalamiento de haber incorporado a personas identificadas como “colombianos” en las fuerzas de seguridad municipales, y más recientemente, el aumento de los índices delictivos y el desafortunado linchamiento de dos policías estatales.
Finalmente, el edil zacatelquense resultó detenido por la mala administración de recursos públicos, especialmente, los del año 2022.
Las auditorias que realizó el Órgano de Fiscalización Superior (OFS) arrojaron un quebranto financiero que rebasó los 10 millones de pesos, por lo que, al cabo de unos meses, las autoridades estatales estuvieron en condiciones de acreditar el delito de uso ilícito de atribuciones y facultades.
El trabajo del OFS, de la Fiscalía Anticorrupción y de la Procuraduría General de Justicia del Estado favoreció la captura de un alcalde que hizo de su comuna un pequeño feudo de corrupción e impunidad.
Ahora, la sociedad tlaxcalteca espera que ésta no sea nada más una llamarada de petate.
Esperemos que el OFS siga adelante con las denuncias contra los presidentes municipales que violaron la ley y cometieron abusos. También, que la coordinación con las autoridades estatales se mantenga para que se cierre el paso a los excesos.
Los ciudadanos piden que se les demuestre a las autoridades municipales ineficaces y deshonestas su responsabilidad, y que sean llevadas a la justicia por la manera arbitraria con la que se conducen.
La captura de “El Cachorro”, por adquisiciones ilícitas, y pagos de bienes y servicios sin acreditar su recepción, entre otras anomalías, es un golpe importante a al modo desmedido con el que ciertos alcaldes se han manejado en este trienio.
¡Ya era hora de que les empezara a poner un alto!